Pintura: Caravaggio
Aquí vamos a analizar a una clase de grupo al
que desde pequeños estamos acostumbrados a lidiar: los grupos de amistades o
compañeros de estudios (no siempre queda en claro que vínculo estamos formando
hasta que se presenta determinada situación, por lo que utilizar solo la
palabra «amistad» sería quitarle valor a esta categoría).
A continuación, enumeraremos los perfiles que
se encuentran en estos agrupamientos de seres humanos:
1- 1-El
líder: Todo grupo suele tener un líder, no siempre este rol está bien claro, a
veces se da que son más de uno, pero es o son las personas a los que el resto
de los miembros respetan y siguen sus propuestas e ideas, cuando muchas veces
son más bien directivas encubiertas. Que la palabra líder no confunda, no tiene
por qué ser una persona del mal, solo es alguien que tiene la cualidad de
influenciar a un grupo de personas que lo terminan siguiendo.
2- 2- El
sumiso: Si en todo grupo hay un líder, también hay un sumiso. Esta persona
suele ser muy susceptible y a veces pasan por gente abusiva o burlona, cuando
en realidad siguen el deseo de otro (no es necesario que sea del líder). Lo
hacen porque es su forma de sentirse aceptados, si no molestan a ese ajeno se
sienten vulnerados. Nunca se rebelan a las decisiones que se toman en el grupo,
las aceptan todas porque tienen miedo de ya no formar parte de él.
3- 3- El
interesado: En todo grupo hay alguien que se encuentra allí porque le conviene.
En algunos ámbitos estar en uno de ellos te da cierto prestigio, por ejemplo:
en la amistad hay personas que buscan aparentar tener muchos amigos (aunque la
realidad sea que la mayoría no lo son) o en los ámbitos educativos tener un
grupo de compañeros cerrado puede llegar a dar a entender a otro que sos una
persona a la que el resto de la manada respeta, buscan sentirse aceptados. Si
bien todas las personas queremos ser integradas, ya que es inherente a nuestra
condición de seres sociales, la realidad demuestra que existe este perfil de
personas que lo hacen solo por ese interés y no por autenticidad de compromiso
con el resto de los miembros. En otras palabras: no les interesan ni el
compañerismo ni la amistad, solo su ego.
4- 4- El
manipulador: Acá es cuando hablamos de gente del mal. Estos seres despreciables
por suerte no rondan en todos los grupos, pero sí en muchos y entre más
numerosos sean los integrantes, más riesgo hay de que haya uno de ellos o
ellas. El manipulador se encargará de tergiversar la realidad al resto acorde a
sus intereses, que pueden ser muchos, tantos como personas malignas existen. A
veces es conseguir un objetivo específico y es muy frecuente que utilicen sus
habilidades discursivas para excluir a otro del grupo. Inventan situaciones y
escenarios, revelan secretos que otras personas les han contado, comparten
intimidades que saben de otros, mienten y logran convencer a los miembros del
grupo para que actúen de la manera que él o ella quiere que lo hagan.
5- 5- El
ingenuo: Todos sabemos que la persona que se vincula de manera estrecha con el
manipulador y cae en sus artimañas es porque se deja manipular, en el fondo
sabe que lo que lo están intentando convencer de algo que no es cierto, pero
también existe el ingenuo. Es probable que este sea la persona más inocente del
grupo, porque si el sumiso actúa de determinada forma para encajar, el ingenuo
lo hace porque quiere al grupo de manera auténtica y no es eso lo que lo hace
ingenuo. Es ingenuo porque suele caer en las garras del manipulador, en la
falsedad del interesado, en los ninguneos del sumiso y en las directivas de los
lideres (cuando estos son un poco autoritarios). Es él que muchas veces le cree
al manipulador, es posible porque haya afecto o aprecio, pero no entra en la
lógica de la manipulación, de verdad siente que este es buena persona.
6- 6- El
excluido: No existe grupo si no hay un excluido, y en esto operan todos los
miembros para que esta persona, por la razón que sea, no forme parte de este
círculo cerrado. Es muy común que sea el manipulador el que convenza al resto
con la palabra para que esta quede excluida. Entonces, el líder no la acepta y
si el líder no la acepta, el sumiso tampoco lo hace y al interesado no le
conviene y el ingenuo no se percata de lo que sucede. Otras veces, es una
determinación del líder, porque, por fortuna, en algunas grupalidades no existe
el manipulador, entonces esta persona quedara por fuera del grupo.
Esto que se acaba de detallar
pareciera que describe a las grupalidades como asociaciones nefastas, pero es
importante aclarar que se trata de buscar descifrar la lógica que opera en
muchos de estos conjuntos sociales y que no se da en todos los casos.
Es necesario resaltar que hay que tener
cuidado a la hora de relacionarse con otro, porque nunca se sabe con exactitud
las intenciones que este tiene para con nosotros. Todos hemos sido excluidos
alguna vez de un grupo, de manera injusta y, otras veces bien justificada, pero
nadie es el capanás de las relaciones sociales. Aquellas personas que viven
rodeadas de amistades es probable que no sean, en verdad, amigos de nadie, y
las personas con menos amigos suelen ser las más leales. La realidad social
siempre engaña a simple vista, por lo que lo mejor es aprender a vincularnos de
la manera más salubre posible y no dejarse convencer por estos agrupamientos
que suelen querer aparentar ser el ejemplo de lo que es la amistad o el
compañerismo, cuando la experiencia demuestra todo lo contrario.