La película La doncella está dirigida
por el director coreano Park Chan-Wook, y es considerada por muchos como un
thriller psicológico.
Una joven empleada doméstica hace un pacto con
un hombre para ser llevada a la mansión donde habita una doncella con su abuelo
degenerado. La idea de estos dos personajes es que la empleada entable una
relación de trabajo con esta joven y que el hombre consiga tener una relación
sexo afectiva con ella. La finalidad es encerrarla en un manicomio y quedarse
con su fortuna.
Pero la película tiene varios giros sorpresa
que dan a entender que las cosas no estaban claras desde el punto de vista de
la empleada, y es ella quien termina internada en un psiquiátrico. Pareciera
que la doncella y el hombre, que tenían una relación amorosa, le habrían
tendido una trampa a la empleada.
Pero no, la película tiene otro giro mucho más
interesante y es la relación entre ambas mujeres, varias escenas de sexo
explícito le dan un tinte erótico a la película. Ambas se dan cuenta de las
artimañas de este hombre y deciden hacerle frente para luego huir juntas.
¿Por qué elijo hablar
de esta película? Porque además de lo interesante de su trama, la fotografía
con la que se desarrolla y las intrigas que nos llenan de suspenso, relata la
historia de dos mujeres enamoradas. Dos cuerpos que se encuentran, se tocan, se penetran, se
besan, se excitan y se acaban. Dos mujeres que le hacen frente a la violencia
de un hombre y a las perversiones de un anciano.
La doncella se encuentra amenazada por su
abuelo que tiene en sus aposentos una máquina de tortura. La joven está
condenada a pasar el tiempo en su mansión sin poder salir de ella, hasta que
conoce a su nueva empleada, y allí las cosas cambian.
Es la historia por las que muchas personas se
espantan, les repugnan la desnudes explícita no pensada para el placer de un
hombre, no toleran ver esos cuerpos encontrarse en el erotismo.
Estas películas son necesarias para curar del
espanto a una sociedad que aún se horroriza por lo que uno elige hacer en la
cama. Con quién uno se toca no debería de ser motivo de escándalo, con quien
nos relacionamos no debería de ser tema de incumbencia de nadie.
Por eso elijo hablar de La doncella,
porque muestra de forma explícita algo por lo que la sociedad aún se aterra: el
amor y el placer no al servicio de un deseo masculino.
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