jueves, 27 de agosto de 2020

El lenguaje inclusivo

 



El lenguaje inclusivo es una alternativa ante una lengua cuyos yacimientos provienen de una cultura patriarcal, hegemónica y dominante, que no incluyen en las terminaciones de sus pronombres y sustantivos, que indican sujetos, a sectores de la sociedad excluidos. Estos son: mujeres, transexuales y no binaries.

 Este nuevo lenguaje propone suplantar las letras «o» y la letra «a» por la letra «e» y así incluir a personas cuyo género no se reconoce bajo lo femenino o lo masculino.

 El problema es que nuestra cultura se funda en una lógica binaria. De esta manera, no importa todo lo que se sale de esa norma. La ropa que vestimos, el perfume que utilizamos y el lenguaje del que nos apropiamos está condicionado a esa lógica.

 El rechazo que provoca esta nueva propuesta proviene de los sectores que se resisten a los cambios inevitables del lenguaje (dado que este una estructura dinámica que se va transformando con el correr del tiempo), no se detienen a analizar la importancia de este cambio estructural en la lengua.

 Con intolerancia se refugian en los conceptos de la Real Academia Española, institución que se encarga de la reglamentación lingüística y gramatical bajo la corona de la realeza española. Como si el lenguaje no fuera parte del mismo dinamismo con el que se desplazan los cambios culturales.

 Estos argumentos ocultan una ideología que no tolera la diversidad que durante estos años se ha invisibilizado. Esconden, en su discurso en defensa de la lengua y el idioma, una evidente homofobia y misoginia. Sostienen que el uso de la “e” es problemático, que el masculino en la lengua española también incluye al femenino. Aun así, cuando uno dice «El hombre» (refiriéndose a la raza humana) abarca solo al género masculino, y así excluye al resto de les humanes. El lenguaje nunca deja de estar cargado de ideología.

  Aun así, cuesta apropiarse de esta nueva lengua por completo y su deconstrucción llevará tiempo, porque en este momento nos encontramos en una transición que aún no sabemos bien hacia donde nos llevará.

 Será difícil combatir la ignorancia y el pensamiento retrógrada que gira en torno a este debate porque hay generaciones que se resisten. En un futuro este tema se va a dar por terminado y la reglamentación de este lenguaje será inevitable. Por todes les trans, no binaries y mujeres que hemos sido excluides del idioma, por toda la diversidad que hoy no calla sus reclamos, por los siglos de violencia contra las mujeres, por el fin de una intolerancia que muchas veces llega a lo sangriento con tal de perpetuar su ideología.

 Les compañeres seremos más visibles que nunca y continuaremos combatiendo la misoginia y la homofobia, en cada uno de sus aspectos, hasta que no queden rastros de ideales conservadores en nuestra cultura.

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