miércoles, 10 de agosto de 2022

El deseo en la literatura

 


La literatura y la ficción tienen la cualidad de crear la ilusión de satisfacer deseos que no han sido cumplidos en un pasado. Esto se logra al escribir situaciones y escenas donde los personajes encarnan un yo hipotético que cumple aquel deseo que nunca llegó a satisfacerse en el plano de la realidad.

 Hay quien dice que no hay peor duelo que aquel que debe elaborarse sobre un deseo incumplido. En este aspecto, la literatura puede servir como una especie de consuelo.

 Aquello que alguien quiso alcanzarlo, pero que por alguna razón no llegó a su punto cúlmine, puede llegar a convertirse en motivo de angustia y tristeza. Quien escribe le dará vida aquel deseo a través del lenguaje, consolará sus penas y hará que aquello que no se ha concluido pueda tener vida a través de las palabras, lo hará existir dentro de un aspecto simbólico.

 Lo que produce dolor es perder algo que ni siquiera existió, es elaborar un duelo sobre una falta, ausencia e inexistencia de algo que uno quisiera que hubiese acontecido. De nada sirve el remordimiento de algo semejante por más difícil que sea, el dolor por la experiencia no vivida debería focalizarse en construir algo en el futuro. El deseo insatisfecho nos lleva a aferrarnos más a aquel pasado, lo que sería mucho menos angustiante si aquel se hubiese tratado de metas alcanzadas.

 En este punto es cuando la literatura puede llegar a ser terapéutica, porque con ella podemos vivenciar todas las historias que a nuestra imaginación se le ocurra. Tal vez pueda consolar algo de aquel deseo roto y reparar, con las palabras, algo del dolor que nos produce haber desperdiciado algo tan valioso como nuestro tiempo de vida. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario