viernes, 11 de noviembre de 2022

El estigma social

 


Fotografía: Ching Yang Tung

Las personas con padecimientos mentales no solo deben afrontar las adversidades de la condición que portan en su cuerpo y mente, sino que también deben enfrentarse a la cruda realidad de reinsertarse en la sociedad, y es aquí cuando aparece el estigma social.
 Para alguien que ha sufrido cualquiera de las crisis o desequilibrios mentales que se puedan transitar, no es fácil volver al entorno del que forma parte: un espacio donde la han visto en una realidad diferente a la del resto.
 Esto ocasiona una ruptura en las relaciones sociales de quien lo padece, los entornos laborales o académicos se vuelven lugares donde la persona debe intentar recomponer los lazos sociales. Es aquí cuando comienza el problema, porque en una sociedad donde se le impone a los ciudadanos formar parte de una homogeneización para vivir en comunidad, es muy complicado para alguien que ha sufrido algo como esto volver a integrarse.
 Lo que suele suceder es que muchas de las personas del entorno cambian su manera de relacionarse con esta persona, algunos quizás pongan límites que marcarán hasta dónde quieren sociabilizar con ella y otros no le dirigirán más la palabra.
 En los ámbitos académicos es clave el rol que debe tomar el o la docente que está frente a la clase. Si este no ayuda a que esa persona se reintegre al grupo a través de la didáctica, las estrategias con las que planifica su clase, es más difícil generar un entorno amigable para la persona en cuestión. Muchos profesores eligen no involucrarse, esto puede ser porque no tienen vocación por su trabajo, porque no saben cómo hacerlo o por el simple motivo de que no pueden empatizar con el tema.
 Así es como muchas personas pierden vínculos, espacios de sociabilización y entornos laborales. El estigma social es uno de los temas más difíciles de afrontar cuando se tiene un padecimiento de este tipo. A la persona no le queda más remedio que aceptar esta realidad: que los vínculos son diferentes, que habrá rumores que se divulgan respecto a ella y que deberá lidiar con una sociedad que no la integra. Porque quien padece de alguna condición del cuerpo, que se encuentre ligada a la salud mental, es obligado a quedar relegado de sus ámbitos sociales, por eso existen el encierro y el aislamiento como métodos con los cuales se tratan a los pacientes.
 Lo más difícil que debe afrontar esta persona es que la sociedad quiere que actúe como si el problema no existiese. Tiene que intentar ser igual al resto y comportarse de la misma manera para que la acepten, hacer de cuenta de que nada ha tenido que atravesar para que no aparezca este conflicto.
 Si queremos evitar esto que denominamos como «estigma social», entonces debemos reeducar a la comunidad, generar conciencia en los diferentes ámbitos sociales y construir herramientas para informar sobre la salud mental.
 De esta forma, evitaríamos afectar su recuperación, integrándolas en los diferentes espacios para que puedan fortalecer los lazos sociales. Tengamos más empatía por el otro para que este puede vivir en paz.

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