martes, 20 de diciembre de 2022

Nietzsche en la ficción



La novela psicológica El día que Nietzsche lloró es una ficción escrita por el autor estadounidense Irvin D. Yalom, quien además de dedicarse a la literatura se desempeña como psiquiatra. La historia supone un encuentro entre dos figuras importantes de la historia de la filosofía y la psicología, cuya veracidad no puede comprobarse, pero que en su novela se logra de una manera memorable. Friedrich Nietzsche se encuentra padeciendo de migraña y ha recorrido el continente europeo en busca de ayuda médica por parte de los más prestigiosos profesionales. Su amiga Lou Salomé (personaje que también existió en la realidad) es quien le insiste en que se atienda con el médico vienés Josef Breuer, quien a su vez es el maestro de, nada menos que, Sigmund Freud. Nietzsche va a atenderse con él, sin embargo; muestra resistencia al tratamiento psicológico que Breuer le propone. Para esto, el médico toma como estrategia contarle sus problemas a Nietzsche, este acepta y Breuer se pone en papel de paciente para que Nietzsche lo analice, cuando en verdad es Breuer quien lo analiza a él.

 Lou Salomé es una joven que altera el estado anímico de Nietzsche por creer estar enamorado de ella, cuando en realidad se trata de una obsesión. Al mismo tiempo que Breur se encuentra en una situación similar con una expaciente denominada por su seudónimo Anna O.

 El libro se titula de esta forma porque Nietzsche se resiste al tratamiento que el médico le propone de manera encubierta, por lo cual nunca había logrado llorar durante una sesión de terapia. Tras un largo período de tiempo, Breuer logra que esto suceda.

 La complejidad de la trama gira en torno a un tema específico de la psicología que es la obsesión de una persona hacía un objeto de deseo. Se dice que cuando un sujeto se encuentra en aquel estado, lo que en verdad sucede es que hay un problema mucho más profundo que este intenta evadir obsesionándose con ese objeto. Una vez que ese estado se rompe aparece la oscuridad que se intentaba ignorar, y queda al descubierto que ese «enamoramiento» no era más que una ilusión. Breur descubre esto cuando se encuentra con su amada Anna O. y logra ver que esta ha continuado con su vida, por fuera de su historia con el médico.

 ¿Qué se esconde detrás de este mecanismo de defensa que lo lleva a uno a intentar alcanzar algo que ni siquiera existe? Hay secretos que son difíciles de comprender cuando una persona se encuentra en una vorágine que la enreda, al punto tal de buscar soluciones perjudiciales para sí misma. Buscamos sostenernos de ilusiones cuando nos encontramos en el pozo de la desgracia o al borde de la tragedia, lo que nos arrebata la vida por no creer que existe otra solución posible a los problemas de nuestra conciencia.

 Si hay algo que esta novela me ha enseñado es que la solución existe, sin querer recurrir al discurso de acceder a terapias psicológicas o al psicoanálisis como únicas alternativas para lograr alcanzar a ese punto en el que el sujeto llega a ese estado de bienestar. Los protagonistas de esta ficción logran romper con el engaño que produce este estado psíquico de falso enamoramiento y dan cuenta de que se encuentran en la búsqueda de dos mujeres que no les corresponden, porque no son a ellas lo que en verdad buscan, sino la idea que sus propias mentes han creado para engañarse y no ver aquello que en verdad les duele.

Irvin D. Yalom logra retratarnos una problemática psicológica bastante recurrente y lo hace a través de una ficción que nos lleva a reflexionar sobre lo que podemos sanar si nos proponemos de verdad alcanzar el objetivo de conseguir la paz mental.

 Por todos estos motivos este autor logró escribir mi novela predilecta entre todas las que he leído en mis décadas de vida. No nos olvidemos que el arte puede salvarnos de los engaños que nos produce nuestra conciencia y no dejemos de recurrir a él para que no acontezca la verdadera tragedia.